17 enero 2010

terremoto


Qué tristeza ser mayor y no poder irse a Haití a cuidar heridos y sobre todo a los niños que quedan solos y desamparados. Cómo puede a uno no hervirle la sangre de rabia después de escuchar al señor obispo de San Sebastián decir que teníamos cosas más preocupantes en España que lo que pasaba allí. Yo creo que esas declaraciones en su boca están fuera de lugar en una persona que tendría que ser todo caridad y amor al prójimo, como nos enseñó Jesús, al que este señor quiere representar...

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